Durante la presidencia de Joe Biden, la inscripción en Medicaid alcanzó un nivel récord y la tasa de personas sin seguro médico llegó a su nivel histórico más bajo.
Pero se espera que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, junto con un Senado y una Cámara de Representantes controlados por republicanos, cambie esta situación.
Los republicanos en Washington afirman que planean utilizar recortes de financiamiento y cambios regulatorios para reducir drásticamente Medicaid, el programa de salud federal gerenciado por los estados que cuesta casi $900.000 millones al año y que, junto con el Programa de Seguro Médico Infantil (CHIP), ofrece atención a unos 79 millones de estadounidenses, en su mayoría de bajos ingresos o con discapacidades.
Las propuestas incluyen revertir la expansión de Medicaid impulsada por la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), que en los últimos 11 años sumó cerca de 20 millones de adultos de bajos ingresos al programa.
Trump ha dicho que quiere recortar drásticamente el gasto del gobierno, lo que podría ser necesario para que los republicanos extiendan los recortes de impuestos de 2017 que vencen a finales de este año.
Trump no habló demasiado sobre Medicaid durante su campaña de 2024. Su primera administración aprobó requisitos de trabajo en varios estados, aunque solo Arkansas los implementó antes de que un juez federal determinara que violaban los principios de ACA. También intentó otorgar financiamiento en bloque a los estados.
El presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara, Jodey Arrington (republicano de Texas), dijo a KFF health News que Medicaid y otros programas federales de beneficencia necesitan cambios importantes para ayudar a reducir la deuda federal. “Sin esos cambios, veremos con pesar cómo este país sufre un colapso fiscal”.
El representante Chip Roy (republicano de Texas), miembro del Comité de Presupuesto, indicó que el Congreso necesita explorar recortes al gasto federal en Medicaid.
“Es necesaria una reforma integral en el sector de salud, que podría incluir deshacer gran parte del daño causado por ACA y Obamacare”, dijo Roy. “Francamente, podríamos terminar proporcionando un mejor servicio si lo hacemos de la manera correcta”.
Defensores de las personas de bajos ingresos temen que los recortes que buscan los republicanos dejen a más estadounidenses sin seguro, dificultándoles el acceso a la atención médica.
“Medicaid es un objetivo obvio para recortes enormes”, dijo Joan Alker, directora ejecutiva del Centro para Niños y Familias de la Universidad Georgetown. “Probablemente se avecina una lucha existencial sobre el futuro de Medicaid”.
El programa, que cumplirá 60 años en julio, está llegando al final de una gran crisis, después que las protecciones de cobertura implementadas durante la pandemia de covid-19 expiraran en 2023, y todos los inscriptos tuvieran que demostrar que seguían siendo elegibles.
Más de 25 millones de personas perdieron su cobertura durante los 18 meses posteriores al inicio del proceso de “desafiliación”, aunque no ha aumentado notablemente el número de personas sin seguro, según los datos más recientes del censo.
Pero este número podría ser insignificante comparado con lo que ocurra en los próximos cuatro años, dijo Matt Salo, ex director ejecutivo y fundador de la Asociación Nacional de Directores de Medicaid. “Lo que vamos a ver es un cambio dramático aún mayor en quiénes estarán cubiertos por Medicaid y cómo operará el programa”, aseguró.
Sin embargo, Salo señaló que cualquier esfuerzo por reducir el programa enfrentará resistencia.
“Muchas entidades poderosas —gobiernos estatales, organizaciones de atención administrada, proveedores de atención de largo plazo y todos aquellos interesados en que Medicaid funcione de manera eficiente— estarán altamente motivadas para resistirse a recortes que consideren draconianos, ya que podrían afectar sus modelos de negocio”, afirmó.
Algunas de las estrategias del partido republicano para reducir el tamaño de Medicaid son:
- Cambio a financiamiento en bloque. Actualmente, el gobierno federal iguala un porcentaje del gasto estatal anual en Medicaid, sin un límite específico. Los republicanos quieren cambiar a pagos fijos anuales, lo que impactaría en la cantidad de dinero federal que algunos estados reciben. Desde Ronald Reagan, los presidentes republicanos han intentado sin éxito imponer una suma fija de financiación para Medicaid.
- Recortes a la financiación de ACA para Medicaid. ACA financió la cobertura para estadounidenses con ingresos de hasta el 138% del nivel federal de pobreza ($20.783 de ingresos anuales para un individuo en 2024). Los republicanos podrían intentar reducir ese financiamiento al mismo porcentaje que el gobierno federal paga por el resto de los inscritos en el programa, que promedia un 60%. “Debemos tener en cuenta que estamos subsidiando a la población sana y apta para trabajar que se beneficia de la expansión de Medicaid a un ritmo mayor que el que subsidiamos a los más pobres y enfermos, que era la intención original del programa”, dijo Arrington. “Eso no está bien”.
- Reducción de fondos federales. Desde su inicio, la tasa de contribución federal varía según la riqueza relativa de la población del estado. Los estados más pobres reciben una tasa más alta y ningún estado recibe menos del 50% en contrapartida. Los republicanos podrían buscar reducir la tasa base del 50% a menos del 40%.
- Agregar requisitos de trabajo. Aunque los tribunales federales han dictaminado que no se puede condicionar la cobertura a trabajar o a estar buscando trabajo, el Partido Republicano podría intentarlo nuevamente. “Si podemos lograr que los adultos sanos tengan requisitos de trabajo estrictos, eso puede suponer un enorme ahorro de costos”, dijo el representante Tom McClintock (republicano de California) a KFF health News. Como la mayoría de los inscriptos en Medicaid ya trabajan, van a la escuela o son cuidadores, los críticos dicen que un requisito de ese tipo simplemente agregaría burocracia a la obtención de cobertura, con poco impacto en el empleo.
- Imponer barreras a la inscripción. Unos 10 estados ofrecen a algunas poblaciones lo que se denomina elegibilidad continua, mediante la cual las personas permanecen inscriptas durante años sin tener que renovar su cobertura. Se ha demostrado que esa política evita que los beneficiarios abandonen el programa durante períodos cortos por dificultades o problemas con el papeleo, lo que puede generar facturas médicas inesperadas y deuda. La administración Trump podría intentar derogar las exenciones que permiten a los estados otorgar elegibilidad continua, lo que obligaría a las personas en esos estados a tener que volver a solicitar cobertura cada año.
Si los planes de los republicanos para reducir Medicaid se concretan, expertos dicen que las personas de bajos ingresos que se vean obligadas a comprar seguros privados enfrentarán dificultades para pagar las primas y copagos comunes en estos planes comerciales, que no suelen existir en Medicaid.
El Paragon health Institute, un centro de estudios conservador dirigido por Brian Blasé, ex asesor de Trump, ha publicado informes que dicen que los miles de millones de dólares adicionales que los estados recibieron para ampliar Medicaid bajo ACA han sido una bendición para las aseguradoras privadas que administran el programa y para las personas relativamente más ricas que, según la organización, no deberían estar inscriptas.
Josh Archambault, miembro senior del conservador Cicero Institute, dijo que espera que la administración Trump haga responsables a los estados por pagar miles de millones de más a los proveedores, y por inscribir en Medicaid a personas que no son elegibles.
Archambault agregó que el Partido Republicano buscará reducir Medicaid a sus poblaciones “tradicionales”: niños, embarazadas y personas con discapacidades.
“Necesitamos reequilibrar el programa que la mayoría de la gente piensa que tiene un bajo rendimiento”, apuntó. La mayoría de los estadounidenses, incluidas grandes mayorías tanto de republicanos como de demócratas, ven el programa de manera favorable, según encuestas.